1. Introducción
Autores como Piaget (1980), Vigotsky (1934) y Ausubel (2008)
marcaron un antes y un después en el mundo de la educación, siendo los
propulsores del constructivismo y del concepto de aprendizaje significativo. La
pedagogía constructivista defiende que el sujeto construye su propio
conocimiento y por ello, se centra en el proceso de aprendizaje del alumno y no
en el de enseñanza del docente.
Este enfoque, ha ido arraigando en nuestro sistema educativo
a lo largo de décadas, derogando, poco a poco, la escuela tradicional e
instaurando la escuela activa. Una escuela que persigue el aprendizaje
significativo mediante propuestas funcionales y atractivas en todas las áreas,
inclusive, la de lengua castellana.
La didáctica de la lengua ha cambiado a lo largo del tiempo y,
en esta entrada, analizaré las repercusiones que ha tenido en el ámbito de la
ortografía y en el de la semántica para después exponer una propuesta relativa
a cada uno de ellos.
Por un lado, según Mesanza (2003, p. 222), “la ortografía definida por la RAE como la
parte de la gramática que enseña a escribir correctamente por el acertado
empleo de las letras y de los signos auxiliares de la ortografía, se valora
como un aspecto más de lo escrito”. El uso correcto de la ortografía tanto
en palabras como en frases es un elemento base del dominio del lenguaje
escrito. Por ello, la ortografía conforma un ámbito fundamental en la
enseñanza. “La enseñanza de la ortografía
tiene que contextualizarse dentro de los aprendizajes del alumnado a través de
unos métodos y unos procedimientos que el profesor, previamente, ha establecido
y se encargará de poner a disposición situaciones reales de escritura que
proporcionan una conexión con la escritura” (Sánchez, 2009).
Métodos, que como ya he comentado, han ido cambiando desde el
enfoque tradicional al constructivista. Pero, aún así, son muchos los
profesionales que consideran el tradicional el mejor enfoque para la enseñanza
de la ortografía. “Este enfoque apuesta
por la transmisión verbal de reglas, el error-corrección-sanción, repeticiones,
automatización de la escritura y práctica a través de ejercicios fonotécnicos
mediante el libro de texto y en otros casos, cuadernillos o fichas refuerzo que
promueven la automatización” (Fernández-Rufete, 2014, p. 11). En otras
palabras, consiste en un método mecánico y descontextualizado. Un método que
quizás puede servir para memorizar normas, pero la ortografía es funcional y lo
imprescindible es saber aplicarlas. Por ello, en la escuela activa actual, poco
a poco se van transformando estas prácticas hacia otras más reflexivas y
analíticas.
El proceso de aprendizaje de la
ortografía ha de ser significativo y funcional sin olvidar que la ortografía
normativa suele adquirirse tarde, asimilada por la observación y la lectura ya
que nuestro dominio ortográfico se fundamenta en el recuerdo visual. Por ello,
es necesario que el niño vea, desde el inicio, los textos escritos
correctamente. Finalmente, comentar que en el trabajo de la ortografía, son
fundamentales la atención, la memoria visual, el uso funcional de la escritura
y, como en todo proceso de aprendizaje, la motivación. Por ello, se debe
erradicar la ya arraigada práctica de penalización por faltas ortográficas. Hemos
de aprovechar éstas como una oportunidad para mejorar y no como castigo.
Por el otro lado, por semántica se entiende el estudio del
significado y la interpretación de los signos lingüísticos. Atiende al
significado de las palabras, al de las frases hechas, expresiones habituales,
figuras expresivas relativas al significado y construcciones diversas en un
contexto determinado.
Aprender una palabra nueva implica
aprender su articulación, su ortografía y su significado dependiendo del
contexto. El desarrollo del vocabulario tiene gran importancia en estas edades
porque el niño escucha a diario gran cantidad de palabras de las que no conoce
el significado real y realizando hipótesis sobre éstos. La característica
principal del lexicón de un niño de esta etapa es su provisionalidad. Por ello,
el docente ha de afianzar sus conocimientos y ayudarle a adquirir nuevos.
La tradicional metodología
acumulativa de memorización de palabras ha cambiado por una práctica
cualitativa, multidimensional y dinámica, que implica la reorganización
continua de la base mental del lexicón. El proceso de desarrollo del
vocabulario se concibe como un proceso continuo y simultáneo de comprensión
semántica de una palabra y elaboración de sus relaciones semánticas con otras
piezas léxicas en la estructura compleja del lexicón mental.
Llegados a este punto, creo que es
evidente la necesidad de realizar propuestas contextualizadas, funcionales y
motivadoras para el óptimo desarrollo en el ámbito semántico y en el
ortográfico. Los alumnos se motivarán si saben que están aprendiendo y para
ello, han de saber qué objetivos han de
alcanzar y cómo serán evaluados. “De esta
forma podrán focalizar su esfuerzo en los objetivos marcados, y controlar si
superan o no la evaluación prevista. Así podrán modificar su actuación y
mantener el control sobre el propio proceso de aprendizaje” (Gabarró, D. y
Puigarnau, C).
2. Actividad de ortografía
Esta propuesta para la interiorización de la ortografía va
dirigida al tercer curso de educación primaria. He elegido este curso porque los
alumnos se encuentran en un momento vital en el que todavía sienten gran
interés por el juego y, al mismo tiempo, en el período de las operaciones
concretas de Piaget (1980). Según este autor, las características cognitivas de
los niños de esta etapa son: reversibilidad, operaciones integradas en una
estructura de conjunto y pensamiento flexible. De este modo, creo que su nivel
será el adecuado para mi planteamiento.
La propuesta que voy a realizar consiste en un bingo ortográfico
de palabras que contengan b/v puesto que es un contenido establecido en el Real
Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico
de la Educación Primaria para el curso con el que voy a llevar a cabo la citada
propuesta.
Finalmente, comentar que el proceso de aprendizaje de
nuestros alumnos se debe, en este caso, a su reflexión y atención. Es decir, a
la meditación en torno a palabras que hacen con b y v para la elaboración del
listado de las mismas y a la atención que prestan durante el juego a la
identificación de palabras y, por lo tanto, a la visualización de las mismas.
2.1. Planificación
El bingo ortográfico de palabras con b/v es una propuesta
didáctica y, como tal, se ha de diseñar. La finalidad de esta propuesta es
tratar el contenido de un modo atractivo y lúdico para despertar el interés de
los educandos y lograr unos objetivos.
Los objetivos específicos que pretendo alcanzar mediante el
bingo ortográfico con palabras de b/v son los siguientes:
-
Visualizar
la escritura correcta de palabras con b/v.
-
Practicar
la escritura de palabras con b/v.
-
Profundizar
en las normas ortográficas relacionadas con la b/v.
El material necesario para lograr citados objetivos consiste
en la pizarra del aula con sus respectivos útiles de escritura, un bingo de
bolas común, bolígrafos y las siguientes plantillas:
BINGO ORTOGRÁFICO B/V
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La mayoría de los componentes del grupo muestra dificultades
en la correcta escritura de las palabras con estas grafías, por ello, vamos a realizar
la propuesta conjuntamente comentando y aclarando las dudas que vayan surgiendo.
La dinámica de la propuesta consistirá en escribir conjuntamente de manera
numerada noventa palabras que contengan la b y/o la v en la pizarra. A medida
que vayamos escribiendo las citadas palabras, se podrán ir corrigiendo los
posibles errores y comentar las normas ortográficas relacionadas.
Una vez finalizado el listado, se repartirá una plantilla a
cada alumno con la intención que copie veinte de las noventa palabras en su
plantilla. El alumno elegirá libremente las que desee. Cuando todos tengan los
“cartones” listos, empezaremos el juego.
Tanto el docente como un alumno, pueden ser los responsables
de extraer el número y cantar la palabra correspondiente al número. Es una
decisión que se puede tomar en clase con ellos, según sus intereses.
Al final de la propuesta, les entregaré un cuestionario de
evaluación a partir del cual valoraré la actividad. Además, también
realizaremos una asamblea para valorar el desarrollo de la misma.
2.2.Puesta en práctica
La propuesta se llevará a cabo durante una sesión de una
hora. Al inicio de la misma, comentaré a los alumnos de tercero que vamos a
realizar un bingo ortográfico. Preguntaré, por si a caso, si saben jugar al
bingo y si no es el caso, les explicaré el juego.
Una vez explicado, les indicaré que hay un pequeño premio
para el primero que haga “línea” y uno mayor
para el primero que consiga “bingo”. De este modo, se incrementará, aún
más, el interés por la propuesta.
Acto seguido, les comentaré que el bingo es de palabras.
Concretamente, de palabras con b y v y compartiré con ellos el problema que he
tenido para encontrar uno así en el mercado. Pero, que he tenido una idea para
que podamos jugar y necesito de su colaboración.
Vamos a utilizar un bingo común de números que hay en la
escuela, adaptándolo a nuestras necesidades. Con esta finalidad, vamos a
escribir noventa palabras en la pizarra para que correspondan con el número de
bolas. Cada uno de los 22 componentes del grupo, saldrá a la pizarra a escribir
4 palabras con las dos únicas premisas de que han de contener b/v y no se
pueden repetir. Las palabras restantes, las escribirá el docente según su
criterio.
A medida que se vaya redactando el listado, se irán
corrigiendo los posibles errores invitando a reflexionar sobre éstos para
extraer el motivo de los mismos. De este modo, también se repasarán las normas
ortográficas.
Una vez a punto las noventa palabras de la pizarra, se
repartirán los cartones. No sin decidir antes, quién “canta” las palabras y quién
las marca en la pizarra cuando sean cantadas (para no servir de guía a los
estudiantes y que no se pierdan durante el juego). El docente se puede encargar
de esta doble función si todos los alumnos están interesados en jugar, pero si
algún alumno quiere “cantar” las palabras o tacharlas, tampoco hay
inconveniente y se decidirá por sorteo si hay más de uno.
Hecho esto, se procederá con el juego y al final del cual, se
realizará la evaluación de la propuesta como expongo en al siguiente apartado.
También se llevará a cabo una asamblea en torno a la propuesta para hablar de
cómo les ha ido; los fallos y aciertos que han tenido; qué estrategias han
utilizado.
2.3.Evaluación
Para valorar esta propuesta realizaré el siguiente
cuestionario a los alumnos:
Valoración del
bingo ortográfico
-¿Cuántas palabras has escrito bien en la pizarra? ¿Cuáles?
-¿Qué palabras pensabas que se escribían de otra manera?
-¿En qué palabras te has dado cuenta que había un error?
-¿Qué norma ortográfica has aprendido?
-¿Te ha gustado el bingo? ¿Por qué?
-Si jugamos otra vez, ¿te gustaría hacerlo de otra manera?
Este cuestionario junto a mi observación directa, será un
recurso para valorar el proceso de los alumnos durante la propuesta y mi propia
práctica educativa.
3.Actividad semántica
Esta propuesta para la interiorización de la semántica también
la llevaré a cabo en el tercer curso de educación primaria puesto que el
contenido es adecuado para este nivel. La actividad a realizar se titula “el
respondón” y consiste en la utilización de antónimos. Éste es un contenido que
se trabaja en segundo y tercer curso de educación primaria según el currículo
de educación primaria. Por ello, he escogido a los alumnos de tercero puesto
que, además de sus características cognitivas comentadas en el apartado
anterior, tendrán un lexicón más amplio y un nivel adecuado para realizar la
propuesta.
El proceso de aprendizaje en esta propuesta partirá de la
propia reflexión del alumno. Reflexión que partirá de una necesidad planteada
en la tarea otorgando de funcionalidad el lenguaje. En caso necesario, si el
alumno no conoce ningún antónimo puede recurrir al diccionario, hecho que le
brindará la oportunidad de indagar y experimentar nuevos conocimientos.
3.1.Planificación
Mediante la actividad “el respondón” se pretende alcanzar los
objetivos siguientes:
-
Aplicar los conocimientos básicos sobre la
estructura de la lengua, la gramática y el vocabulario.
-
Fomentar el uso de palabras antónimas.
-
Adquirir vocabulario.
Los materiales que se utilizarán para la propuesta serán los
útiles de escritura de los alumnos y la siguiente copia:
La propuesta se realizará por parejas y consistirá en
escribir un enunciado en el apartado amarillo y el enunciado contrario, en el
apartado verde. Cada alumno escribirá cuatro frases con la ayuda de su compañero puesto que cada
uno dispondrá de una copia a completar.
Las parejas las formará el docente, según el nivel académico
o la relación que tengan los alumnos para garantizar un bien clima de trabajo e
igualar desniveles.
3.2.Puesta en práctica
Empezaremos la propuesta recordando qué es un antónimo puesto
que es un concepto que ya se ha trabajado. Tras recordar que un antónimo es una
palabra con significado contrario, pasaremos a nombrar algunos ejemplos.
Dicho esto, los alumnos se agruparan con su pareja
correspondiente e indicada previamente por el adulto. Una vez colocados, se
repartirán las copias. Cada alumno, en su copia escribirá su nombre y el del
compañero, marcando su nombre con una seña amarilla y el de su compañero con
una verde. De este modo, el docente sabrá quien ha enunciado cada frase.
Los alumnos tendrán un tiempo aproximado de 20 minutos para
completar su copia. La dinámica consiste en escribir – enunciar una frase y que
el compañero responda – dicte el significado opuesto utilizando, en la medida
de lo posible, antónimos.
Finalizado el documento, realizaremos una puesta en común
para compartir y corregir conjuntamente la labor. Cada uno leerá una frase con
su contraria respectiva y, entre todos, valoraremos si está bien o se podría
ajustar mejor el significado mediante otra forma. En este momento de asamblea, hablaremos
en torno a las estrategias utilizadas para realizar las propuestas con la
finalidad de que piensen como hacen las cosas y, así, favorecer su desarrollo
metacognitivo.
Hecho esto, se procederá a pasar un cuestionario a los
alumnos para que valoren tanto su evolución como la propuesta.
3.3. Evaluación
Valoración del respondón
-¿Qué dificultades has encontrado?
-¿Qué palabras has aprendido?
-¿Te ha gustado la actividad? ¿Por
qué?
4. Conclusiones
La redacción de esta entrada ha supuesto un enriquecimiento
profesional para mí por dos razones fundamentales: ha resultado fuente de
reflexión y de recursos didácticos para mi futuro docente.
Comprender en qué punto se encuentra la educación, en este
caso, de la ortografía y la semántica, por consecuencia de procesos pasados y
no tan pasados, ayuda a situar un presente y visualizar un futuro. Un presente
lleno de alternativas con un futuro en el que se han de tratar de subsanar las
“carencias” que percibimos.
Con esto quiero decir, que gracias a la investigación que he
realizado para llevar a cabo esta tarea y a los recursos que aparecen en el
tema, he obtenido gran variedad de recursos para poder ofrecer alternativas y
ajustar mi intervención a las necesidades de mis futuros alumnos.
5. Referencias
Labajo, I. (2019). Didáctica
de la lengua española. CSEU: La Salle. Madrid
Gabarró, D. y Puigarnau, C. Nuevas estrategias para la enseñanza de la escritura.
Mesanza, J. (1991)
Didáctica actualizada de la Ortografía. Madrid: Santillana
Sánchez, D. (2009, Junio 16): Una aproximación a la didáctica
de la ortografías en las clases de ELE. Revista de didáctica ELE, 9, 1885-2211.
Recuperado el 3 de Abril, 2014 de http://marcoele.com/descargas/9/sanchez_ortografia.pdf.
Fernández-Rufete, A. (2014). Enseñanza de la ortografía,
tratamiento didáctico y consideraciones de los docentes de Educación Primaria
de la provincia de Almería. Investigaciones Sobre Lectura, 4, 7-24.